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Voces, raíces y futuros posibles
LO que brota en los bordes
Hay ideas que no llegan cuando una se sienta a escribir.
Llegan cuando te ensucias las manos con tierra.
Cuando das los buenos días a quien apenas conoces.
Cuando ves a los niños inventar un juego con una rama.
Cuando caminas sin rumbo y el cuerpo empieza a escuchar de nuevo.
Desde que me fui de la ciudad y empecé a habitar un territorio más rural, más pequeño, más lento, algo empezó a transformarse.
No fue una decisión plenamente planificada. Fue más bien un pulso, una necesidad vital que emergía del subconsciente, como si el cuerpo supiera antes que la mente que necesitaba otro ritmo, otro paisaje, otra escucha.
El ritmo secreto de lo que crece
Hay algo profundamente humilde en reconocer dónde estoy, aquí y ahora, en este camino.
A veces avanzo con certeza, otras veces apenas puedo dar un paso.
Pero incluso cuando me siento perdida, hay una quietud que me llama a volver.
Una voz suave que susurra: la tierra sabe, las plantas recuerdan.