Hay algo profundamente humilde en reconocer

dónde estoy, AQUÍ y AHORA, en este camino.

A veces avanzo con certeza, otras veces apenas puedo dar un paso.
Pero incluso cuando me siento perdida, hay una quietud que me llama a volver.
Una voz suave que susurra:

la tierra sabe, las plantas recuerdan.

He aprendido que lo que sé no es más que un reflejo del momento que habito.
Mis certezas son como semillas: algunas germinan, otras esperan.
El proceso se despliega como un jardín salvaje, lleno de curvas, brotes inesperados y raíces que se entrelazan más allá de lo que alcanzo a ver.

Cultivar un jardín —ya sea en el suelo, en una maceta, o en mi interior— es para mí una forma de nutrición.
Es un acto de cuidado radical.
Es recordar con las manos, con la piel, con la escucha.
Es decirle al mundo: me importa.
Y a la vez, decírmelo a mí misma.

En esta práctica descubro una y otra vez la medicina de la presencia.
Cada encuentro con una planta me habla de un tiempo distinto:
un ritmo que no puede ser apurado,
un lenguaje que solo se revela.

El camino de las plantas es también el camino de la paciencia.
Una enseñanza sutil que se despliega capa por capa, como una flor abriéndose al sol.
No me exige saberlo todo.
Me invita a dejar de pretender.
A estar.
A quedarme.

Cuanto más me acerco a ellas, más me doy cuenta de lo que aún no comprendo.
Y ahí, en ese vacío fértil, aparece la humildad como una posibilidad:
la de ser tocada por el misterio, por aquello que no necesita ser entendido para ser verdadero.

Es sembrar relación, comunidad, interdependencia.
Es tejer hilos invisibles con todo lo que me rodea.
Hoy vuelvo al observar, a tocar la tierra.
Y en cada uno de esos actos cotidianos, recuerdo:
la sabiduría no está allá afuera, está en este instante.
En este cuerpo.
En esta tierra.

Que sigamos caminando lento, escuchando más, cuidando hondo.
Porque cuidar es amar, y amar es recordar que todo está conectado.

Fotos: Garments of Grass and Flowers by Jeanne Simmons Fuse Bodies to the Landscape

Anterior
Anterior

CULTURAS REGENERATIVAS: IMAGINAR FUTUROS DESDE LA RAÍZ DEL CAMBIO